
Como corresponde, en Nueva York
los conductores de taxis y limusinas se niegan a usar el GPS en sus autos porque lo consideran una violación al "derecho a la intimidad". Si esto ocurriera en la Argentina, no faltaría el tachero facho que diga que sus compañeros no lo quieren para evitar que les tomen el tiempo que se quedan en la estación de GNC sin laburar. Pero en la Gran Manzana hasta
convocaron a una huelga. Vienen bien el freno, sobre todo
por los giles alegres que se ponen contentos con estas porquerías que algún día superarán la imaginación del mismísimo George Orwell.
No hay comentarios:
Publicar un comentario