lunes, 26 de noviembre de 2007

Durísimo

Pablo Llonto, además de periodista, es el abogado de la familia de Diego Muñíz Barreto, el ex diputado del PJ asesinado durante la dictadura. Por ese caso, entre otros, es que marchó preso Luis Abelardo Patti. Los que conocemos y queremos a Pablo sentimos un enorme orgullo por que sea él uno de los abogados responsables de que el torturador de Escobar esté en la cárcel.

Llonto es un hombre íntegro. Para los que no lo saben, no cobra un mango para estos casos. Labura a pulmón en las causas por violaciones a los derechos humanos, aún cuando no le sobra ni una moneda para tomarse el bondi. Pero él no busca ni plata, ni gloria, sólo la satisfacción de la justicia. Eso es lo que lo hace enorme.

Para hablar del tema, Magdalena Ruiz Guiñazú sacó a Llonto por Radio Continental. Parece que la conductora no leyó el libro La Noble Ernestina ni este artículo escrito por Pablo en el periódico de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.

Sólo por esto, el cruce, publicado hoy por Ambito Financiero, no podía terminar de otro modo.

Pablo Llonto:
...Patti me parece uno de los últimos símbolos de la impunidad en la Argentina que todavía estaba sin detener, creo que él y la señora Ernestina de Noble, la dueña del grupo «Clarín» que tiene dos hijos que se sospecha que son...

Periodista: ...Pero no tiene nada que ver una cosa con la otra...

P.Ll.: Sí que tienen que ver, Magdalena, porque los casos símbolos de la impunidad en la Argentina son los que ha protegido el poder. A Patti lo protegió el poder y a la señora de Noble la protege el poder también e importantes sectores de la prensa que no tienen la valentía y el coraje de denunciar a esta señora que tiene dos hijos; yo también llevo la causa de ella y estamos investigando quiénes son Marcela Noble y Felipe Noble.

P.: ¿Por qué no se da a conocer justamente quiénes son si usted tiene las pruebas?

P.Ll.: Precisamente porque la Justicia y gran parte del periodismo se niega.

P.: No, mire, si ha habido gente que se ha jugado y si ha habido gente que ha levantado su voz cuando todo el mundo se quedaba callado, han sido miembros del periodismo.

P.Ll.: Muy poca gente.

P.: Bueno, muy poca pero valiosa y fíjese que también si vamos a eso, hay muy poca gente que se anima y que se animó en su momento a dar testimonio. Pero no involucremos así a la ligera a todo un gremio como es el nuestro, yo personalmente no se lo admito...

P.Ll.: Magdalena, yo soy parte también del gremio.

P.: No, no sabía, no sabía doctor que usted era periodista. ¿En qué medio está trabajando?

P.Ll.: Escribo para «Caras y Caretas», escribo para la revista «Selecciones» y he trabajado muchísimos años en el diario «Clarín», y conocemos todos desde adentro quiénes fueron los periodistas que tuvieron valentía, que fueron pocos y quiénes fueron la mayoría de los cobardes que en la época de la dictadura no fueron capaces de contar lo que estaba pasando. Todos lo sabemos, pero yo no hablo de los periodistas.

P.: ¿Sabe una cosa? Me parece que hay que tener un mínimo de respeto por el miedo ajeno, yo personalmente tengo un gran respeto por el miedo ajeno y por el propio, así que sabe qué, si tiene denuncias para hacer, doctor Llonto, hágalas en la Justicia, donde corresponde, pero no se dedique a ensuciar un gremio al que usted dice pertenecer; la verdad es que yo a usted no lo conozco.

P.Ll.: Magdalena, lo que usted no puede hacer es mentir y no decir que hubo periodistas que en la época de la dictadura no fueron capaces de investigar lo que pasaba en la ESMA.

P.: Yo lo llamé, doctor Llonto, para hablar del caso Muñiz Barreto y para hablar justamente de los secuestros que se le imputan a Patti y usted me sale con una imputación al periodismo en general. Además dé nombres si se anima, vamos, me revienta eso de salir a acusar sintiéndose el dueño de la verdad. También me acuerdo de una presunta guerrillera a la que hicieron aparecer en una revista como si estuviera arrepentida, todas esas cosas infames las recuerdo, pero yo como creo en la Justicia no me siento juez de nadie ¿se da cuenta?

P.Ll.: Pero Magdalena, estamos iniciando una causa por el caso de Telma Jara de Cabezas, ¿usted recuerda ese caso?

P.: ¿Sabe qué? Como integrante de la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas no voy a empezar a citarle nombres. También a Norma Arrostito la daban por muerta en un enfrentamiento y la habían matado en la ESMA. Son cosas muy conocidas, doctor, me llama la atención que recién usted las descubre.

P.Ll.: Magdalena, al revés, soy el abogado de la familia Arrostito, acá cometiste un error.

P.: No, no me tutee porque yo a usted no lo conozco.

P.Ll.: Soy el abogado de la familia Arrostito desde hace casi tres décadas.

P.: Llonto, ¿tiene algo más que agregar sobre el caso Patti?

P.Ll.: No, no entiendo por qué se enoja por hechos que son reales.

P.: No me gusta la gente que se siente juez y que puede juzgar a todo el mundo como si fuera el dueño de la verdad. Doctor Llonto, ¿ tiene algo más que agregar?

P.Ll.: No, no Magdalena gracias.

P.: Adiós.

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