Y sí, lo pensé en el baño del Saint George a las 7.30 de la mañana después de compartir el café con Oscar. Al fin y al cabo, la fecha lo ameritaba. Pero después la cosa amainó. "No es para tanto", recapacité frente a la mirada de Cabezas, que parecía espiarme entre el malón de los chicos de Atento. Y uno a esas horas se hace preguntas sin demasiado sentido: "¿De qué lado hubiera estado él?" Bah, qué importa, ahora hay que ponerse firme. "Aparte la gente está", dijo Torniyo.
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