El domingo, después de un asado que degustamos en Caseros, una parte de los comensales decidieron irse a ver el partido de Los Pumas. El resto, entre los que me incluyo, prefirió disfrutar del sol mientras saboreaba un exquisito vino patero. No falto mucho para que uno de los que estaba en el living frente al televisor regresara con mala cara y se sirviera un poco del fruto de la vid.
- ¿Qué paso?- preguntamos casi a coro.
- Nada, les están rompiendo el culo. Me aburrieron- contestó.
La respuesta no me llamó tanto la atención. Todos sabíamos que la tan mentada Pumamanía se terminaría el mismo día de la derrota. Pero si uno pone el foco en la frase "les están rompiendo el culo", se dará cuenta que está dicha con la tercera persona del plural.
-¿A quiénes les están rompiendo el culo?
- A ellos.
- Pero, ¿a quiénes?
- A Los Pumas.
Si todavía no se aburrieron y me siguen, lo que quiero decir con esto es que hasta la derrota de Los Pumas, las frases de ese tipo se construían con la primera persona del plural. Es decir: "Les estamos rompiendo el culo". Esto demuestra no sólo el exitismo que rige la vida de muchos seres humanos sino cierto espíritu botón clasemediero descomprometido, por el cual mientras nos va bien estamos y cuando nos va mal mejor rajemos que total fueron ellos.
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