miércoles, 2 de abril de 2008

Periodismo cloacal



Eso de periodismo cloacal se lo leí alguna vez a José Pablo Feinmann y me gustó. Esta nota es un ejemplo. Un periodista de Perfil.com se metió en una marcha para tomar fotos de particulares y escracharlos porque tomaban fernet, vino o se fumaban un porro. No tienen vergüenza. Les faltó escribir sobre el olor a chivo que había en la columna de Camioneros. O decir que a alguno le faltaba un diente. Pero entraron en una variante muy jodida: policíaca. La nota sobre la columna de Moyano es fascista, gorila, buchona. Los círculos rojos señalando el detalle dan muy nazi. Les faltó escribir que había negros, feos y sucios; les faltó hablar de aluvión zoológico. Y me dan unas ganas bárbaras de darle la razón a D’Elia cuando putea a diestra y siniestra. Sí, tiene razón: los tratan como ciudadanos de segunda. Y ni siquiera eso.

"A Perfil.com, presente en el cuerpo de la marcha, le llamó la atención el olor a marihuana que salía de las columnas de militantes y fotografió a un afiliado del sindicato de gaseosas fumando el último tramo de un cigarrillo de marihuana, conocido como 'tuquita' (sic). En varios tramos de la movilización se sentía el aroma inconfundible de la marihuana".

La nota está sin firma. Y pongo las manos en el fuego de que no la escribió ninguno de los que fueran mis compañeros. No son de esa calaña. El tipo que la hizo debería sentirse mal. Al margen del desconocimiento de la sintaxis, hay que ser muy jodido para proponer algo así; para ir a tu editor y decirle: “Tengo una linda nota: las hordas moyanistas fuman porro y chupan vino”. ¿O se la habrán pedido? ¿O habrá estado obligado a hacerlo? ¿Qué clase de objetivo periodístico se busca al mostrar que en una marcha se fuma porro? Cómo se nota que algunos de los que hacen esa página nunca salieron de la burbuja.

La discusión en estas épocas pasa por la idea de legalizar la marihuana para consumo personal. Pero Perfil atrasa años; señala con el dedito buchón. Da asco. Quizá esto se explique en el editor general de la página, Darío Gallo, un personaje acostumbrado a dar cátedra sobre cómo hacer periodismo sin rigor -esta pieza no tiene desperdicio ni fuentes.

"Así como las escenas pornográficas (sic) del campo, cuando los chacareros arrojaban leche o frutas en la ruta, estas postales de los asistentes a la Plaza de Cristina son aspectos del conflicto que hay que mostrar, aunque den vergüenza".

La prensa debe encargarse de contar la verdad. Sin límites; ningún rector debe decir qué se puede publicar y qué no. Hay que actuar en el marco de una libertad total. ¡Viva el anarquismo! ¡Abajo el Estado!

Editorial Perfil puede publicar lo que se le cante y hasta creo que es una injusticia que se la discrimine de la pauta oficial. Injusticia que llega a otros centenares de medios alternativos a los que se deberían incluir en el reparto. Fontevecchia es un mentiroso; un hipócrita que se inventó un personaje del que en realidad está muy lejos. Un tipo al que sólo le importa su libertad; un ególatra sin el mínimo prestigio que explota y discrimina a sus trabajadores. Con todo eso, cuando reclama por publicidad oficial tiene razón. Y que publique lo que se le antoje: así quedará expuesto cuando mienta, manipule o invente. El ejercicio de saber si creerle o no será nuestro. Y como en este caso, con una nota que destila gorilaje y fascismo, podremos repudiarlo.

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