domingo, 30 de septiembre de 2007

Progres, copados y matones

Fue difícil escribir estos días o, mejor dicho, decidir sobre qué escribir. No hubo ganas pero tampoco tiempo, por suerte, porque algunas cosas aparecieron y me tuvieron bastante ocupado, lo que fue bueno. Lo agradable de todo esto es que a pesar de los miserables de siempre, uno se da cuenta que son muchos más aquellos que sienten la solidaridad a flor de piel. Por ejemplo, este blog no modera comentarios y sin embargo recibió sólo comentarios de apoyo, algo que por cierto me llena de orgullo aunque me hace pensar si no tengo enemigos demasiados desprevenidos.

No ocurrió lo mismo con el blog de Trabajadores de Perfil, donde algunos muchachos se tomaron el vano trabajo de intentar ensuciar a Tomás Eliaschev. Coincidió con nuestro paso por la redacción de Página/12, adonde fuimos invitados para contar cómo había sido la agresión a Torniyo en la sede de la Utpba. Es decir, en ese sindicato no sólo apañan matones sino que además se encargan de que la víctima se convierta en victimario. No sólo utilizan métodos similares a la UOM sino que sus comunicados se parecen bastante a los de la Triple A. Una alianza de otros tiempos.

En las elecciones que pasaron, la oposición cosechó, según me dijeron, un 13%. Está bien, es un golpe para un aparato que venía de llevárselas de arriba siempre. Pero no alcanza para echarlos a patadas. Porque si ellos no sacan a los matones, si ellos son los que los guardan porque no los van a “entregar a la cana”, si ellos son los que festejan una victoria cuando deberían pagar el costo de una brutal agresión, entonces de una vez por todas hay que poner de patitas en la calle.

Mientras tanto, me río un poco con la última tapa de Barcelona, cuyo título superior es imperdible.

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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Gracias

Podría descargar bronca en estas líneas, pero no vale la pena. Creo que ni la bronca se merecen algunos personajes. Descifrar una derrota no es nada fácil, mucho menos a minutos de concretada, cuando la hinchazón todavía no bajó. Lo que surge, amigos, es el agradecimiento y el orgullo. Por empezar, me vienen a la mente mis compañeros, los de adentro y los de afuera. Sentirse acompañado es una sensación de plenitud. Nunca estuve solo abajo. Nunca estuve solo en ningún lado. Porque, al fin y al cabo, hasta el final lo escribimos entre todos. No puedo dejar de emocionarme con mis compañeros de la punto com. Ellos lo dieron todo. Como el resto, porque en realidad cada uno forma un todo de solidaridad. ¿Qué son acaso esas lágrimas de algunos que apenas me conocen? Este grupo de trabajadores enfrentó adversidades en todos los planos: un grupo de carneros, un sindicato matón, una empresa carnicera y un funcionario que parecía salido de la pluma de Kafka. Así y todo, se mantuvo hasta donde pudo, hasta donde dio. Así debe ser. Me quedo con ese cariño, con esa solidaridad, que no es tan quebrantable como algunos quieren pensar. Porque ahora hay que seguir.

A los que estuvieron, a los que llamaron, a los que escribieron, a los que se preocuparon, a los que preguntaron; a los que reflexionaron, a los que me abrazaron, a los que sonrieron, a los que gritaron; a los que se enojaron, a los que putearon, a los que tiraron huevos, a los que publicaron.

A todos ellos.

Gracias.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Torniyo

Conocí a Tomás hace poco más de un año mientras él hacía la prueba para ingresar como redactor a perfil.com. Como editor, yo solía hablar con él sobre sus notas. A eso nos limitábamos hasta que un día le pregunté si él era Torniyo, ese personaje querible dentro del periodismo alternativo. Pero se lo pregunté como quien quiere reafirmar algo, como para empezar a hablar del tema: yo sabía que él era Torniyo.

Así empezamos a hablar sobre periodismo, medios, política, música y cualquier cosa que nos interesara, como aquella nota sobre el Parque Roca a la que tanta pasión le puso. Después vinieron esos sábados donde a pesar de la hora siempre daba para reírse y abundar en diálogos con adverbios terminados en mente como a él le gusta. "Malamente", suele repetir Tomás. Le pusimos huevo a cada nota aquellos sábados que cada tanto extrañamos.

Tomas es padre de frases como "la jornada ya dio todo lo que podía dar" para los momentos en que la abulia manda, "ola de links" para cuando advierte que cita distintas páginas, y "estoy ennegritando" o "es inminente", para bajar los decíbeles si lo apuramos con alguna nota. Otra de sus creaciones es "dalmassear", algo que hace con frecuencia gracias a un párrafo que se repite en cada nota y que no voy a reproducir acá porque algunas cosas son nuestras. De hecho, el término "perejilazo" fue primero de Tomás, desde Río Cuarto.

El día en que me despidieron, el abrazo con Tomás fue doble. Todavía era de noche y creo que no necesitamos decirnos nada. Sólo el abrazo. Hay lazos entre compañeros que no necesitan explicación.

Nadie podía enojarse con Tomás. Y casi que uno puede decir que Tomás no podía enojarse con nadie, pero no por uno sino por él, por su propia capacidad de ser un tipo simpático además de respetuoso. Yo creo que ahí nace la ignorancia de los matones. Justo a Tomás. Lo pensaba mientras miraba la pintada en la puerta del sindicato: "Giles". Matones y giles. Tiene que ver con algo del género humano que logra abarcar a personas como Tomás y a seres despreciables como esas lacras de la Utpba. Justo a Tomás, con lo que significa para algunos de nosotros. Estúpidos hijos de puta. Y ahora que Tomás esté bien. Que la paguen es un compromiso de sus compañeros.


Comunicado de la Asamblea de Trabajadores de Perfil, acá

martes, 11 de septiembre de 2007

Se me cayeron las dos torres encima

Y sí, lo pensé en el baño del Saint George a las 7.30 de la mañana después de compartir el café con Oscar. Al fin y al cabo, la fecha lo ameritaba. Pero después la cosa amainó. "No es para tanto", recapacité frente a la mirada de Cabezas, que parecía espiarme entre el malón de los chicos de Atento. Y uno a esas horas se hace preguntas sin demasiado sentido: "¿De qué lado hubiera estado él?" Bah, qué importa, ahora hay que ponerse firme. "Aparte la gente está", dijo Torniyo.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Cromañón bajo tierra

Los delegados del subte nunca dejaron de denunciar las irregularidades en los servicios que brinda Metrovías. La lista de presentaciones realizadas se puede consultar en esta página. Los medios no le dan importancia a estas advertencias y sólo se preocupan si hay o no subtes con la excusa de que es lo que le importa a la gente. Al usuario también le importaría saber que los trenes en los que viaja no están en condiciones. A esto hay que sumarle que la UTA quiere expulsar a los delegados que realizan estas denuncias acusándolos de prácticas antisindicales. Los medios sigue tomándose el tema con soda minimizándolo a si hay o no subtes cuando el tema es más grave. Antes de Lapa hubo advertencias. Antes de Cromañón, también. Pero el hilo siempre se corta por lo más delgado y es más fácil pegarle a un cuerpo de delegados que a una empresa que pauta publicidad. Después será la misma prensa la que se indigne pero será también la que no informó como correspondía.

Hipercrítica a Hipercrítico (III)

Terranova es un gran escritor. Soberbio. Altivo. Algo que a veces esto me cae bien. Terranova destila esa soberbia ácida y la tira sobre Fernando Iglesias, por ejemplo. Lo llama gorila, algo que ya no significa ser sólo antiperonista sino más bien antipopular. Le tira su soberbia y su peronismo a Aguinis. Que le tire su peronismo a Aguinis está bien. Pero que su peronismo lo lleve a hacer apología de Eduardo Duhalde, es demasiado. Es imposible leer sobre Duhalde y no esperar una mínima referencia a los asesinatos de Kosteki y Santillán. Es válido conocer qué pasa dentro del poder, pero más válido es saber que en eso hay manipulación. Y la manipulación tiene bastante de ficción, lo que nos llevaría a pensar que de "no ficción" el libro de Duhalde sólo tiene una parte, como corresponde a libros de personajes tan oscuros.

Terranova hace preguntas cuando escribe. Me gusta que se pregunte, un hipercrítico debe preguntarse:"¿Las editoriales tienen influencia en la opinión sobre los libros? ¿Es el mercado de la reseña literaria ámbito del crimen, o más bien una zona irrelevante de los medios ?" También resuelve conflictos personales en otras columnas e intenta hacer justicia por su generación 00 (¿Generación de qué? ¿Mi generación? ¿Nuestra generación?). Son detalles. Está bien elegido el hombre, lástima sus contricantes, en alguna ocasión faltos de cierta formación intelectual. "Agarratela con alguien de tu edad, Terranova"·, se dice en el barrio. Me gustaría que se meta con el periodismo hecho y derecho. Toma los suplementos, está bien, pero los críticos de libros... ¿quiénes son los críticos de libros? ¿Tienen predilección por alguna editorial? ¿Hacen amiguismo cuando reseñan? ¿Quiénes lo hacen? Nombres, por favor. Si son mentirosos, que se sepan. Crítica a una crítica, por ejemplo, ¿no estaría bueno?. Una contracrítica. O una contrahipercrítica. ¿Cuál sería la pregunta, Terranova?

Ahora me doy cuenta que no escribí de Cicco. De Cicco sólo vamos a decir que como asesino serial deja demasiadas huellas. Lo encontrarían al segundo asesinato. O en el primero. No me interesa que critique a Pepe Eliaschev por sus cenas de fin de año ni por su flequillo. Tampoco me interesa que mezcle a Diego Fucks con Nino Dolce, personajes notoriamente diferentes. Ni siquiera que simplique a un personaje como Chiche Gelblung, que tiene lados más cuestionables que las curiosidades que frecuenta su mente. Parece, Cicco, una síntesis del posmodernismo, sin ideologías ni nada que se le parezca. Hagamos reir y nada más. Lo de Nik estuvo bien, es cierto. Igual, a Cicco lo prefiero como actor porno.

Algunas preguntas finales sobre Hipercrítico. ¿Por qué Julián Gallo dejó de escribir y la sección Medios está casi desierta? Hubiera sido buena una aclaración. ¿Por qué se dejó el blog de discusión? Había empezado bien aunque de algún modo el "Abierto al público" lo sucedió. ¿Cómo se llegó a cometer el error de inaugurar una sección llamada "Cinco preguntas incómodas" para luego titularla "¿Me permite una pregunta?" que sería todo lo contrario a incomodar? Que un periodista tenga que preguntar primero "¿Me permite una pregunta?" me sabe a sumiso más que a hipercrítico.

Hipercrítico es una buena intención, con integrantes interesantes pero a los que se les nota limitaciones a la hora de dar nombres, de ejemplificar, de ser claros en la crítica. Aún con estos defectos, se trata de un espacio interesante y sin muchos antecedentes para revisar los recovecos de la prensa.

Leer Hipercrítica a Hipercrítico (I)

Leer Hipercrítica a Hipercrítico (II)

viernes, 7 de septiembre de 2007

Hay que salir al sol

Clark largó la polémica en su blog acerca de lo impreciso que resulta decir que la generación de periodistas del 60/70 es mejor que la actual. No tengo claro esa distinción porque en los 70 hacían Noticias y El Mundo pero también hacían Cabildo, así que entonces hay que encuadrar la cuestión en los jóvenes militantes. Y ahora también hay militantes periodistas, el tema es que son menos y la situación política demasiado distinta. Pero es largo de discutir. La cosa es que en los comentarios todo venía bien hasta que apareció uno y dijo:

La vida es de escritorio. Gran parte de las cosas que antes pasaban por la calle ahora pasan por la televisón y por Internet. ¿Dónde va a poner el ojo el periodista sino allí? Si se puede encontrar algo en Google, ¿qué pretenden, que los periodistas vayan a hacer cola a una hemeroteca?"

Ahí está el problema. Un tipo, que probablemente es periodista, cree que la vida es de escritorio entonces se pregunta para qué va a ir a una hemeroteca. Está tan fuera del eje, además, que ni cae en la cuenta de que en una hemeroteca no va a encontrar una noticia sino diarios viejos. "¡Salgan al sol idiotas!", les gritó Samurai, pero creo que a esta altura, si salen al sol, va a ser para tuitiar.

Los periodistas dejaron la calle. Y la culpa no es más que de los medios y de algunos que así la ven más fácil. Hacen un par de llamadas, buscan datos en el Google y lo cuentan en el tuiter con 140 caracteres, que para qué más. Internet no es la responsable porque está bien usar todas las herramientas, pero no se puede dejar de lado el contacto con las personas de carne y hueso. La vida, amigos, está afuera de Second Life. Por suerte no es una cuestión de una generación sino de un grupo de tipos que creen ser los vivos del barrio. Hay muchos que todavía van a contar la realidad al lugar donde sucede. Y otros hacen lo que pueden.

(Igual, esto de que son los más vivos del barrio es bastante sospechoso porque desde que tengo tuiter no veo a nadie que escriba cosas como "desnudando a mi novia", "cogiendo en el sofá " o "haciéndome la paja con el video de Chachi Telesco". Así que muy bien no la pasan)

jueves, 6 de septiembre de 2007

Modernos

Tres semanas cuidando de mi hijo y un día, mientras le daba el nestúm, largó un "ma-má". Yo no sé mucho de estas cosas pero espero que el chico no termine confundido y cuando la madre llegue del trabajo no le tire la pelota para jugar.

El rap del Fuerte Apache

Los pibes de Caseros siempre le tuvimos respeto al Fuerte Apache. Esa mole imponente que se ve desde varias cuadras impone miedo. Si alguno de los chicos que llegaba a la plaza de Villa Parque era del Barrio, la cosa era distinta, se lo respetaba. Recuerdo haber entrado de grande varias veces a los bloques. Y aunque tenía amigos, siempre lo hice con algo de temor. No era local a pesar de que cantaba, de chico, “yo nací en un ranchito/me crié en los monoblocks/soy del barrio de Ingenieros/soy hincha del Tricolor”. Ser de Almagro era una imposición para entrar al Fuerte, minimizado por el gran público como el lugar más peligroso de Buenos Aires. Allí donde la pertenencia tiene un sentido particular: el que es del Ejército de Los Andes está orgulloso de serlo. Y sabe, más que nadie, lo que implica vivir en los monoblocks. Aún hoy, cada vez que vuelvo a Caseros, no puedo dejar de mirar a un costado para espiar en qué andan esos bloques viejos y gastados.

Sebastián Hacher escribe en la última THC sobre F.A., una banda de rap que vive en los bloques. El relato de Hacher transmite cada latido del Fuerte y la transparencia de los integrantes del grupo le da frescura a una historia tan cruda como la que viven muchos de los pibes del Conurbano. Como dice el cronista, “son los hijos no reconocidos de la convertibilidad, los que dieron origen a la cultura de los ‘pibes chorros’, la de conseguir por la fuerza los pequeños lujos que el ‘uno a uno’ había reservado para las clases medias y altas. También, claro, fue la generación que más sangre aportó a las estadísticas del gatillo facil”.

Hacher vivió en Ciudadela hasta los 18 años. Quizá por eso -y a pesar de las varias cuadras de diferencia- sentí cierta identificación. Hacher sabe de lo que escribe y toma posición en el relato desde el momento en que mete los pies en el barro y aclara cuáles son sus orígenes. No es un observador neutral. No es un periodista que entra al Fuerte, hace la notita y se va. Él camina junto a los pibes. Pero tampoco la caretea: “Llegué a destino y estoy solo en una calle interna del barrio. Es un mediodía con silencio de madrugada. Me siento un pez fuera del agua, perdido y frágil en esta mole de cemento”. No conozco en persona a Sebastián pero cuando leo sus textos o miro sus fotos siento que el periodismo es eso: contar desde adentro. Ser parte. Tomar partido.

Y mientras escribo esto pienso que algunos quieren escribir la historia en 140 caracteres y esperar a que las noticias lleguen por RSS. Si así fuera, de cuánto nos perderíamos de contar y cuánto nos perderíamos de saber.

La nota se puede leer en el blog No contesta.

Más información sobre F.A. acá

Fotos de Sebastián Hacher

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Respuesta de Pablo Llonto a Hipercrítica a Hipercrítico (I)

La sombra de la sombra no existe; la muerte de la muerte sí, o apenas, en un libro de Saramago. Tu hipercrítica de Hipercrítico en cambio tiende a convertirse en infinita ya que ahora viene la Hipercrítica de la hipercrítica de Hipercrítico. Por lo tanto, fenece una vez más el principio franquista de "no hacer periodismo de periodistas". Felicitaciones.

Debo advertirte que en próximas ediciones, el anarco-marxismo-periodismo tendrá una identidad más generosa y alejada de las nubes. ¿Periodismo surrealista tal vez? ¿Es eso lo que pretendo? Ay desgracia la mía...toda la santa vida recibiendo cascotazos al grito de "basta de pegarle al grupo Clarín" y un día de 2007 alguien grita ¿por qué no le pegás un poco más a Olé, del grupo Clarín? Prometo dedicarle un domingo al turbio periódico naranja y verde.

Pablo Llonto

PD : Trescientos caracteres para contestarte es casi una ley de censura. A ver si ensanchás la carretera y el derecho a réplica.

(Pablo quiso meter un comentario y no le alcanzó el espacio. Al final lo mandó por correo a la dirección que figura en el perfil de este blog y a la que puede escribir cualquiera de los aludidos en la crítica.)

Hipercrítica a Hipercrítico (I)

Hipercrítica a Hipercrítico (II)

Comentarios

Ya extrañaba que este blog no tuviera algún valiente anónimo dispuesto a decir la verdad. ¿Pero justo me tiene que tocar el más tarado?. Como puse Haloscan, los mensajes anteriores quedaron de este lado así que no los pueden ver. Una pena porque decía unas cuantas verdades sobre mí, sobre todo que nunca hago nada y me la paso "rascando". Nadie con nombre y apellido puede decir eso de mí. Mucho menos si me conoce. Pero no vamos a tomarnos todo en serio, viejo, que esto también es la sal de lo que llaman blogosfera.

martes, 4 de septiembre de 2007

Hipercrítica a Hipercrítico (II)

Osvaldo Bazán y Gustavo Noriega son, para mí, dos hallazgos. En esto debo estar haciendo, en forma involuntaria, cierta confesión de ignorancia. No los conocía. No en profundidad. A Bazan lo tenía de la televisión -donde casi nada es profundo- y conocía buenas referencias de sus libros, sobre todo de Historia de la homosexualidad en la Argentina. A Noriega, por supuesto, de El Amante además de sus participaciones en Duro de Domar.

Bazan presentó cartas credenciales seductoras: “El periodismo de periodistas es el único reaseguro que nos queda para mirarnos los unos a los otros. Si la manguera de mi colega bombero está tirando agua podrida no hay nada que me obligue a callar. El agua podrida es agua podrida, así la esté usando un bombero o un periodista”. Buena metáfora la de Bazan. Pero no nos quedemos con esto. En la primera columna sobre Tinelli, tira algunos nombres y dijimos que de nombres es de lo que estamos sedientos. Eso, sin contar con que trabaja en el canal que tiene a Tinelli como principal figura. Cuando se mete con Aptra se la juega, sobre todo en estas líneas: "Se privatizan los canales, se revientan las condiciones de trabajo de quienes están en los canales, se imponen formas de producción nocivas, se fomenta la estupidez con una eficacia desconcertante y Aptra no dice nada. Aptra entrega el premio, cobra y todos felices". Osvaldo trabaja en Canal 13, un canal privatizado, no cualquiera se manda una reivindicación de ese tipo en esas condiciones. Pero hasta acá faltaron nombres, más nombres. Si el público, en general, ve a Luis Ventura por televisión como uno de los principales periodistas del espectáculo no sería interesante saber quién es y por qué es capaz de jactarse de que convierte chicas en estrellas. ¿Por qué el periodismo de espectáculos se confunde con el chimento, la nota barata (o cara) y amarillista? Bazan esto podría explicarlo sin problemas. Es difícil dar nombres, se entiende, pero de qué otra manera se convierte uno en hipercrítico. Así y todo, la nota Cómo entrevistar estrellas de Hollywood deja una idea interesante acerca de cómo manipulan las grandes productoras.

“Criticar a los medios no es una posibilidad, es casi un deber del periodismo”, sentenció Noriega al arrancar Hipercrítico. Un concepto clarísimo, pero todavía estamos esperando que se la agarre con los medios. Sí, lo hizo con Sirvén, también con los periodistas que buscan argentinos en cada tragedia -aunque nada tenía que ver con el cine- y con José Pablo Feimann y Cristina Mucci. Pero, como ya dijimos, son hipercríticos, no perdonen una. Porque hasta aquí da la impresión de que están yendo para otro lado, que cada uno comenta sobre espectáculos, política, deportes o cine, pero no sobre el periodismo de espectáculos (¿espectacular?), deportivo o político. Noriega es un tipo que sabe mucho de cine. Viene de una revista que puede ser considerada elitista pero que tiene un indiscutido prestigio. Sin embargo es un personaje que supo encontrar un lugar en un panel heterogeneo como el de Duro de Domar. Con esto intento decir que Noriega es un intelectual pero que puede hablarle al televidente o escribirle al lector desde un lenguaje llano. Lo hace, de hecho. Por eso, podría sacarle mucho más el jugo a su mirada. Ni siquiera tiene ataduras con los medios tradicionales, salvo su relación con Canal 13 que es tercerizada, o con La Red, en el programa de Majul. No hay necesidad (más allá de la de Noriega) de hablar del pochoclo. ¿Es hipercrítico con la prensa o con el espectador? Noriega tiene mucho más para contar que hacer la crónica del crunch crunch de dos chicos que habrán visto esos baldes de palomitas de maíz en otras tantas películas norteamericanas. La distancia entre esa columna y la que escribió sobre Michael Moore y su pelea con Wolf Blitzer está a la vista.

Mañana, si Arnet quiere, la tercera y última parte.

Leer Hipercrítica a Hipercrítico (I)

Llegó el cartero

Tocó la puerta de un gran compañero. Y ahora tengo un sabor horrible en la boca y no es por los restos del agua saborizada ni por el cigarrillo, que no me larga, terco como siempre. ¿Será acaso el sabor de la derrota? ¿Este gusto tan incierto es la derrota? ¿O será la espera de que ese cartero llame alguna vez a esta puerta?

Gracias a Arnet

Me dejaron sin Internet y me lo avisaron con un método bastante extraño. Me conectaba, pero cada vez que intentaba abrir una página me aparecía un cartelito que advertía que mi servicio había sido suspendido. Parece que mis facturas las pagaba otro hasta que un día se cansó. Lógico. Tan raro todo. "Señor, ¿pero cómo no nos avisa que no le llegan las facturas? En fín, basta de multinacionales. Llega la hora de que se imponga la internet libre y gratuita para todos.